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¿Qué tipos de calderas existen?
las formas más habituales o tradicionales para la obtención de agua caliente y/o calefacción ha sido con calderas.
Con el paso de los años, muchos españoles han sustituido las calderas por otros sistemas de ACS, como el calentador
de gas, el termo eléctrico o el termosifón. Sin embargo, las calderas tienen mucho que ofrecer en tu vivienda.
Se han desarrollado nuevos tipos de calderas con unas características muy interesantes para el consumidor.
¿Quieres conocer todo lo que pueden hacer por tu vivienda?
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¿Qué es una caldera?
¿Cómo funcionan las calderas?
Tipos de calderas: según combustible y sistema
¿Cuáles son los tipos de calderas más adecuados para mi zona geográfica?
¿Qué es una caldera?
Las calderas son uno de los sistemas para conseguir agua caliente y calefacción más habituales durante muchos
años en nuestro país. En su momento solo existían a calderas muy contaminantes y poco seguras, por lo que mucha
gente renunció a este sistema. Sin embargo, los nuevos tipos de calderas son mejores técnicamente y tienen
multitud de beneficios para los consumidores. Es por ello que mucha gente ha decidido volver a las calderas
mixtas (agua caliente sanitaria y calefacción). Probablemente recuerdes haber visto calderas instaladas en
tu vivienda familiar de la infancia.
Actualmente, podemos diferenciar entre dos tipos de calderas según su uso. Las calderas de solo calefacción
calientan el agua que luego fluye por los radiadores para ofrecer una temperatura agradable en tu vivienda.
Y las calderas mixtas son un fantástico sistema que aúna en el mismo electrodoméstico ambas funciones: calienta
el agua sanitaria y, por otro lado calienta el agua que fluye por los radiadores, con lo que se consigue ahorrar
espacio y dinero al juntar en el mismo equipo las dos funciones.
¿Cómo funcionan las calderas?
Las calderas consisten en una zona estanca llamada quemador, en la que se produce la conversión del combustible
o fuente de energía de nuestra elección, en calor. Por su interior circula una tubería de agua conectada al
quemador que desemboca en un intercambiador de calor. En el quemador del interior de las calderas, el combustible
que hayamos elegido (gas, electricidad, biomasa, etc.) se convierte en calor por medio de la combustión o de una
resistencia eléctrica. Pegado a este quemador hay una tubería dentro de la caldera. Al producirse calor en el
quemador, la tubería se calienta y, con ello, el agua de su interior. Sin embargo, esta no es el agua caliente
que recibirás en tu ducha o grifo.
En su lugar, esta agua que han calentado las calderas fluye hasta un intercambiador. Ese intercambiador tiene
dos circuitos diferenciados: uno de agua para calefacción y otro de agua sanitaria. En el intercambiador, el
calor que transporta el agua del circuito primario de las calderas se traspasa al agua sanitaria. De esa manera,
cuando abres un grifo, el agua que fluye por las tuberías se ha calentado gracias a la caldera. Este mismo sistema
es el que se utiliza para el agua que fluye por el sistema de radiadores: el agua se calienta gracias a la combustión
del quemador y luego llega a los radiadores. Luego les pasa a ellos la energía térmica del agua caliente y estos
calientan agradablemente tu vivienda.
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Tipos de calderas
Como ves, las calderas tienen un funcionamiento muy sencillo. Sin embargo, con el paso de los años se han
perfeccionado las calderas para calefacción hasta conseguir una amplia variedad. A continuación te hacemos
un resumen de los principales tipos de calderas.
Tipos de calderas según combustibles
Una de las formas de clasificar los tipos de calderas que más pueden interesarte son las calderas para calefacción
según el combustible que utilizan para calentar el agua caliente.
Caldera gas
Las calderas de gas han sido las más habituales en este país durante muchos años. Pueden funcionar según tres
tipos de gas:
caldera-de-gas
Gas butano. Se suministra mediante bombonas. Tiene un alto poder calorífico, aunque no es apto para ambientes
excesivamente fríos. No son muy usuales ya que necesitan de muchas bombonas.
Gas propano. Es un tipo de gas muy versátil, ya que puede suministrarse de varias formas distintas: a granel,
encauzado… Es perfecto para calderas para calefacción en zonas geográficas muy frías. El suministro más normal
es en botellas de 11,15 y 45 litros y a granel para llenar depositos desde 1.000 litros.
Calderas de gas natural. Es un tipo de gas muy ecológico y barato. Necesita de una instalación para poder conectar
las calderas a la red de suministro. Sin embargo, sus ventajas de ahorro energético hacen que esta inversión
merezca la pena.
Calderas de biomasa. Es uno de los sistemas más ecológicos, ya que las calderas de biomasa utilizan combustibles
vegetales para funcionar. Los más interesantes son los pellets, los residuos forestales o las astillas. Gracias a
eso, se lo considera uno de los tipos de calderas más respetuosos con el medio ambiente, pues no producen gases de
efecto invernadero ni dependen de combustibles fósiles, contaminantes y no sostenibles.